Hay ke subir un monton de escaleras para llegar hasta la ermita, pero la recompensa supera con creces el esfuerzo. Es un lugar de trankilidad, de dejar libre la mente y desconectar del mundo, pues mientras te sientas arriba y ves el mar extendiendose ante ti, solo keda estar en silencio y observar.
Te rodea el viento, los continuos sonidos del mar y el ruido de algun pajaro, pero nada mas, desde luego, en mi escala personal, este sitio se lleva un 10.
Este es el lugar...

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